03 May 19 |
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¿Sabrías cómo actuar si el alcohol u otras drogas se acercasen a tu puesto de trabajo? ¿Sabrías qué hacer si un compañero consume alcohol u otras drogas antes o durante tu jornada laboral, poniéndote en peligro a ti o alguno de tus compañeros? ¿Sabrías cómo ayudarle si crees que consume más de lo que debería y esto le está afectando no solo a su vida y a la de su familia, sino también al ambiente de trabajo?
Para resolver estas cuestiones y otras tantas de igual relevancia, por primera vez la Proyecto Hombre participó en Laboralia, el Certamen Integral de la Prevención y el Bienestar Laboral. Después de más de 30 años desarrollando prevención y tratamientos de adicciones, y tras varios foros de expertos, la comisión de Intervención en el Ámbito Laboral de Proyecto Hombre, dio a conocer en este marco nuestras propuestas generadoras de salud tanto a empresas como a sindicatos.
La existencia de consumos de alcohol y otras drogas en el trabajo es algo constatado, como también lo son los efectos de estos consumos en la salud, en el trabajo y en el entorno personal y social del trabajador. De hecho, el 87% de la población laboral percibe el consumo de alcohol y otras drogas en el ámbito laboral como un problema importante. Ante esta realidad, son cada vez más las propias empresas y organizaciones las interesadas en aportar soluciones ya que asumen gran parte de las consecuencias. En este sentido, sirvan estos datos como constatación de la situación en la que actualmente nos encontramos: El 74% de las personas en tratamiento por una adicción son trabajadores en activo o en baja laboral (Informe del Observatorio Proyecto Hombre 2017). Casi un 5% de los trabajadores presenta un consumo de alcohol de alto riesgo. Una de cada 4 víctimas de accidentes laborales se relaciona con el uso de alcohol y otras drogas. Cuando hablamos de factores de riesgo somos conscientes de que los aspectos laborales no son los únicos en el consumo de sustancias, que hay otros muchos factores personales, sociales, familiares… Sin embargo, es necesario, conveniente y además rentable, intervenir desde la empresa. De este modo podemos conseguir, entre otros aspectos, la reducción del absentismo laboral y de los periodos de baja, la mejora del clima laboral y de la satisfacción de los trabajadores, la retención de personas cualificadas, el incremento de la productividad e incluso la mejora de la imagen de la entidad. En Proyecto Hombre somos conscientes de esta realidad. Por eso llevamos años ofreciendo planes Integrales de Intervención en el Ámbito Laboral adaptados a las necesidades y características propias de cada empresa. Con ellos damos respuesta a algunos de los principales problemas relacionados con el consumo de sustancias e, incluso, con otras conductas potencialmente adictivas como los juegos de azar, etc.
¿Cómo desarrollamos estos planes?
En primer lugar, realizamos un buen análisis de la realidad de la entidad. Este estudio nos permite descubrir las diferentes posturas que hay respecto a los consumos de sustancias (permisividad, tolerancia, indiferencia…) y conocer a los destinatarios de las acciones, así como los diversos factores de protección y riesgo inherentes a cada tarea. Para ello contamos con una herramienta validada que tiene en cuenta a todos los actores (comités de empresa, representantes de trabajadores, dirección, médicos de empresa…). En segundo lugar, diseñamos las acciones personalizadas, entre las que podemos destacar dos:
1) Acciones de sensibilización e información mediante campañas, jornadas y materiales divulgativos. Son el núcleo más visible de la prevención. Les damos un enfoque de promoción de la salud, no punitivo ni sancionador. No buscamos estigmatizar a la persona con problemas sino potenciar la ayuda.
2) Acciones de formación destinadas, principalmente, a mandos intermedios, técnicos de prevención y representante de trabajadores y empresa. Les damos herramientas para poder realizar una detección temprana y abordar casos concretos. Para tratar estos casos es preciso que tanto la empresa como el recurso terapéutico se coordinen con el fin de facilitar tratamientos de calidad y adaptados a las necesidades de cada persona. El acceso a este tratamiento tiene tres condiciones básicas: la voluntariedad, la confidencialidad y el mantenimiento o la reincorporación al puesto de trabajo.
En definitiva, si esta nueva política de consumos de alcohol y otras drogas cala en la cultura de la empresa u organización, cuenta con la colaboración y participación de toda la estructura de la empresa y se apoya en una entidad especializada como Proyecto Hombre, podemos garantizar empresas mucho más saludables, empresas capaces de reducir el impacto del consumo de alcohol y otras drogas en el funcionamiento de la entidad y en la salud de los trabajadores.
David García, Director PH La Rioja