14 Oct 15 |
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El pasado mes de Septiembre se celebro en Valencia XV Congreso de la Sociedad Europea para la Investigación Biomédica sobre Alcoholismo (ESBRA por sus siglas en inglés). Expertos llegados de todos los rincones del mundo debatieron y presentaron los últimos avances en las diferentes áreas clínicas relacionadas con el abuso de alcohol: la patología hepática, alcohol y adolescencia, síndrome alcohólico fetal, neuropatología y dependencia al alcohol, y cáncer, entre muchas otras. Las principales sociedades científicas internacionales que han participado en el congreso han sido la European Society for Biomedical Research on Alcoholism (ESBRA); Latinoamerican Society for Biomedical Research on Alcoholism (LASBRA); International Society for Biomedical Research on Alcoholism (ISBRA); Japonis Society for Biomedical Research on Alcoholism (JASBA); y la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxicomanías (Socidrogalcohol).
La Doctora Consuelo Guerri, presidenta del congreso y responsable del Laboratorio de Patología Celular y Molecular del Alcohol del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, ha destacado que, pese a la diversidad de nacionalidades entre los ponentes „un total de 29„ existe una «visión común» sobre el problema del alcoholismo y que de congresos como éste surgen nuevas formas de tratarlo en todo el mundo. De esta manera la doctora Guerri afirmó «Sí que es cierto que el patrón de consumo de alcohol aquí, en Francia y en otros países del Mediterráneo es diferente a como se consume en los países anglosajones. Aunque también es verdad que los adolescentes españoles siguen cada vez más ese patrón anglosajón que el mediterráneo». En pocas palabras, el patrón de consumo habitual en España o Francia al que se refiere la investigadora es el de beber alcohol durante las comidas, mientras que el anglosajón se caracteriza porque el consumo se hace «en ayunas» tal como ocurre en los botellones, lo cual «es mucho más peligroso ya que el alcohol se absorbe mucho más rápido, llega antes al cerebro y provoca en él mucho más daño». Estos daños provocados por el alcohol en los jóvenes, en palabras de la doctora son “definitivos”. «Altera el desarrollo normal del cerebro y eso se traduce en fracaso escolar, ya que los consumidores sufren pérdida de memoria, y en tener una predisposición a tener problemas con el alcohol y otras drogas en el futuro. Y esas consecuencias ya se están comprobando en personas que hace 15 o 20 años eran jóvenes que seguían ese patrón de consumo».