01 Jul 14 |
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Las benzodiacepinas son un conjunto de medicamentos psicotrópicos ampliamente utilizados para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio y la epilepsia, que actúan sobre el sistema nervioso central. Estos fármacos se administran por vía oral, intramuscular e intravenosa y su uso prologado puede causar tolerancia, dependencia y adicción.
En la actualidad constituyen uno de los grupos de medicamentos más prescritos en la práctica médica, ya que más de 15 tipos de benzodiacepinas son utilizadas para el tratamiento de una amplia variedad de malestares psicológicos y físicos. Las razones de este uso generalizado se encuentran en que generan menos efectos secundarios que otros tratamientos, son relativamente seguras en el caso de sobredosis y tienen precios más reducidos. Algunos de los más comunes y consumidos son Diazepam, Tranquimazín, Orfidal, Valium, Tranxilium, Lexatin…
El consumo de ansiolíticos e hipnóticos en su conjunto, se incrementó un 57,4% entre el año 2000 y 2012, de acuerdo con un informe de la Agencia Española de Medicamentos y productos sanitarios publicado en enero de 2014. La prevalencia de uso de hipnóticos sedantes en España durante el año 2011 fue del 11,4% en población general, según la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES) 2011-2012, que cada dos años elabora la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. En la actualidad, la edad media de inicio en el consumo de benzodiacepinas de tipo hipnosedante en España se sitúa en los 34,5 años.
EFECTOS A CORTO PLAZO
– Sensación de sedación y relajación.
– Somnolencia.
– Estado parcial de hipnosis, amnesia y confusión.
– Relajación muscular.
– Depresión respiratoria.
– Descoordinación motora.
– Dificultad en concentración.
EFECTOS A LARGO PLAZO
– Tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia.
– Maslestar generalizado: náusea, dolores de cabeza, mareos, dolores musculares…
– Efectos cardiovasculares: hipotensión, bradicardia, taquicardia…
– Trastornos del sueño.
– Cambios de personalidad: irritabilidad, agresividad…
– Reducción de los reflejos y de la capacidad de respuesta.
– Reducción de la memoria reciente.
– Deterioro social.