03 Feb 16 |
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Puede parecer un sueño, pero es un sueño que casi se puede acercar a la realidad de un pequeño país de Asia Central. Turkmenistán es un país de poco más de cinco millones de habitantes que viven en un territorio de un tamaño similar al de España pero ocupado principalmente por el desierto de Karakum. Según La Organización Mundial de la Salud solo un 8% de los ciudadanos fuman cigarrillos. Pero ese bajísimo porcentaje de turcomanos fumadores no se debe a que exista en el país una gran conciencia social sobre los problemas para la salud que trae consigo el consumo de cigarrillos, sino que las razones son más bien políticas. Tras la caída de la URSS, Turkmenistán se convirtió en un estado independiente presidido de manera autoritaria por Saparmyrat Nyýazow, al ser el el secretario general del Partido Comunista de esa república. Este personaje era un fumador empedernido, llegando a fumar más de 3 cajetillas al día. Cuando en el año 2000 tuvo que ser operado a corazón abierto debido a su tabaquismo, fue consciente del peligro que este entraba para la salud (ya que falleció en 2006 debido a un infarto agudo de miocardio) y comenzó a practicar en su país una política muy restrictiva respecto al consumo de tabaco.
Photo credit: D-Stanley via Foter.com / CC BY
Su sucesor en el cargo, otro sátrapa, Gurbanguli Berdimujamedov, siguió con esa política restrictiva de consumo de tabaco que ha culminado con la aprobación de una ley el pasado 18 de Enero en la que decreta la prohibición absoluta de venta de tabaco en el país. De esta manera, según ha recogido diversos medios franceses, las tiendas de la capital, Ashgabat, han tenido que dejar de vender tabaco tras la visita de funcionarios de l Agencia Antidroga estatal que les obligaba a la retirada de todos los productos derivados del tabaco bajo multa de 1.700$. “Vinieron a nuestra tienda y nos obligaron a sacar todos los cigarrillos, amenazándonos con multas” comento a la agencia France Presse el propietario de una tienda.
Pero este “éxito” en la lucha contra el tabaquismo no debe de hacernos olvidar que Turkmenistán es calificado por diferentes Organizaciones no Gubernamentales como “uno de los estados más represivos del mundo“. Human Rights Watch, en el último informe publico en que el que habla de este país, denuncia que el presidente, sus familiares y sus asociados mantienen “control absoluto” sobre “todos los aspectos de la vida pública”, al tiempo que niegan “las libertades fundamentales de asociación, expresión y religión”. También concluye que el país, uno de los pocos del mundo donde aún se profesa el culto a la personalidad del jefe del Estado, “está cerrado a toda forma de escrutinio internacional”.
CM Proyecto Hombre Madrid