Es habitual que tendamos a valorar la gravedad de una adicción teniendo en cuenta sólo y exclusivamente la frecuencia de la conducta adictiva. Es decir, que el único criterio para valorar si la relación que tenemos con esa sustancia es patológica, sea el número de porros que fumamos. Indudablemente, la frecuencia de consumo es una variable importante a tener en cuenta en la valoración de una adicción, pero no puede ni debe ser la única.
Hay varias características que definen una adicción:
Tolerancia
Es el fenómeno por el que cada vez se necesita consumir más cantidad de cannabis para conseguir los mismos efectos que los primeros consumos.
Abstinencia
El fenómeno de la abstinencia lo componen los diferentes síntomas tanto físicos como psicológicos que aparecen cuando se deja de consumir, en este caso cannabis, y que nos empujan a volver a consumir para paliar esos síntomas.
Pérdida de control
Una de las características más importantes que definen una adicción es la pérdida de control sobre la conducta. La sensación de no querer hacer algo y acabar haciéndolo. Es decir, querer no consumir cannabis, comenzar el día con la intención de no hacerlo, pero acabar consumiendo. Los motivos que hacen perder el control pueden ser tanto internos como externos.
Afectación a la vida
Las adicciones en mayor o menor medida acaban afectando a diferentes ámbitos de la vida de las personas que las sufren. El consumo abusivo de cannabis acaba afectando en mayor o menor medida a aspectos físicos, psicológicos, anímicos, sociales, familiares y profesionales. El hecho de que lo haga de manera diferente al de otras sustancias no conlleva que no afecte.
Por todo esto, es fundamental analizar muchos otros factores y no solo la frecuencia para valorar la relación que se tiene con una sustancia como el cannabis. Es muy importante analizar la relación que se tiene con el cannabis y la función o funciones que ocupa en la vida de cada consumidor. A partir de ahí, podremos valorar de manera más objetiva el grado de afectación que tiene en cada persona, y por tanto, poder valorar el grado de adicción que puede existir.
Las características del cannabis generan un tipo de consecuencias fisiológicas y psicológicas concretas que cambian teniendo en cuenta las características y situaciones de cada persona.
Es una sustancia con alto poder psicotrópico que en ocasiones se la juzga como una droga con efectos exclusivamente relajantes cuando en realidad tiene otros muchos efectos diferentes a este. Si tenemos en cuenta los datos aportados recientemente por el Plan Nacional sobre Drogas en su monografía sobre el cannabis se “destaca el notable incremento en la concentración de tetrahidrocannabinol (THC), principal compuesto psicoactivo del cannabis. En 2023, el THC alcanzó el 29% de peso en muestras de resina (hachís) y el 12,6% en hierba, cifras muy superiores a las registradas en décadas anteriores. Esta mayor potencia está vinculada a un aumento en los riesgos de trastornos mentales, problemas cardiovasculares y dependencia.”
Los riesgos asociados al consumo del cannabis actual están aumentando la posibilidad de generar trastornos mentales en los consumidores. Desde los más graves, relacionados con trastornos psicóticos, a otros más leves pero también importantes, como los trastornos de ansiedad. Así mismo, el efecto negativo en el estado de ánimo de un uso habitual de esta sustancia se percibe constantemente en las numerosas sesiones clínicas que los profesionales tenemos con los consumidores habituales de esta sustancia.
Si crees que puedes tener un problema con el cannabis, o bien tienes una persona en tu entorno que te preocupa por este motivo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Proyecto Hombre Madrid llevamos más de 40 años trabajando con problemas relacionados con sustancias y te ayudaremos a valorar el alcance del problema.



