Prevención de la conducta suicida

«Vivía con mucha culpa el pensar en el suicidio como una salida. Creía que me estaba volviendo loco y se lo ocultaba a todo el mundo. La primera vez que lo hablé fue con mi psicólogo en Proyecto Hombre. Al contrario de lo que pensaba me calmó el hablar de ello explícitamente. Me vino muy bien entender que hay un alto porcentaje de la población que en algún momento de su vida tiene ideas suicidas. Y que hablarlo reduce la posibilidad de que podamos llevarlo a cabo. En mi caso llevaba un tiempo muy ansioso y con la sensación de no lograr lo que me proponía. Eso me desaminaba y no me hacía ver el futuro negro. En ese estado fantaseaba a veces con la idea de desaparecer como vía para dejar de sufrir. Ahora llevo unos meses en terapia y poco a poco voy retomando actividades que había dejado de hacer, y me voy sintiendo mejor. No es fácil pero voy teniendo herramientas para el día a día», testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.

«Llegué a un punto en mi vida donde todo parecía estar en mi contra. Sentía tristeza y desesperación constante. Las presiones en el instituto, la mala relación con mi familia, la sensación de que no encajaba en ningún lado… Pensaba que mi dolor iba a ser así siempre. Después del intento de suicidio, me llevaron al hospital, y allí recibí apoyo médico y psicológico. A medida que comencé a recuperarme, empecé a entender que mi percepción había estado distorsionada por la tormenta emocional que tenía. Poco a poco pude identificar qué cosas habían desencadenado mi crisis y comencé a trabajar en ello. Aprendí a comunicarme mejor con mi familia sobre mis necesidades. Con el tiempo, también empecé a hacer actividades que me hacían estar feliz. No puedo decir que el proceso fue fácil, pero poco a poco empecé a ver la luz. A medida que trabajaba en mí mismo, las cosas comenzaron a mejorar. La vida puede cambiar y mejorar, incluso cuando parece imposible», testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.

«Fue un momento extremadamente doloroso para nosotros como familia. La sensación de impotencia y culpa era abrumadora. Afortunadamente, buscamos ayuda profesional y comenzamos una terapia tanto para nuestro hijo como para nosotros. Uno de los aspectos más valiosos de la terapia fue el espacio seguro que proporcionó para expresar nuestras emociones. Me sentía culpable, confuso, enfadado a ratos y muy triste. Tener un terapeuta que nos escuchara y validara esas emociones fue crucial para nosotros. Nos ayudaron a entender por qué alguien puede querer suicidarse. Comprender su perspectiva y sus luchas nos permitió acercarnos a él de manera más comprensiva», testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.

«Recuerdo perfectamente el día en que nos llamaron del hospital. Nuestra hija estaba en urgencias en la UCI por haber tomado pastillas y estaban intentando reanimarla. Fueron los momentos más duros de mi vida. Por suerte, pudieron estabilizarla. Al salir del hospital nos derivaron a psiquiatría y a tratamiento psicológico. Decidimos hacerlo en Proyecto Hombre porque teníamos buenas referencias. Mi hija empezó sesiones con una psicóloga, y a nosotros nos atendieron para explicarnos cómo sobrellevar la situación y mejorar la comunicación en casa que estaba muy deteriorada. Nuestra hija llevaba una época muy mala. Nunca pensamos que estuviera tan mal como para querer dejar de vivir. He podido entender lo que le ocurría. Con sus sesiones es capaz de expresar mucho más y cada vez va recuperando su vida. Está siendo duro y queda mucho por hacer pero de alguna manera creo que a día de hoy nunca he estado tan cerca de ella como ahora», testimonio anónimo paciente Proyecto Hombre Madrid.